El síndrome de disfunción cognitiva canina es una condición que aparece en perros de edades avanzadas y que afecta a la memoria, al aprendizaje y al comportamiento en general, de modo que los perros se muestran más irritables y apáticos. El síndrome de disfunción cognitiva se ha comparado a la demencia senil o Alzheimer que afecta a las personas mayores.
Este síndrome es más común de lo que se cree y suele pasar desapercibido hasta que los síntomas son graves, de modo que a menudo se confunde con el envejecimiento normal. Dado que los cambios que experimenta el perro alteran tanto su calidad de vida como la de la familia humana que lo acompaña es importante conocer cuáles son sus síntomas para tratarlos de forma adecuada.
Síntomas del síndrome de disfunción cognitiva canina
Los síntomas del síndrome de disfunción cognitiva aparecen de forma sutil. Al principio el propietario percibe que el perro actúa de forma ligeramente diferente, pero con el tiempo los cambios se hacen más evidentes y empeoran.
Desorientación
- Puede vagar por la habitación.
- No reconoce a los miembros de la familia o a otras mascotas.
- Se queda mirando fijamente a las paredes.
- No sigue las rutas conocidas.
- Es incapaz de aprender nuevas tareas.
- Se muestra indiferente a las reglas de la casa.
- Puede olvidar cómo realizar tareas cotidianas.
Cambios en la conducta
- Se vuelve más irritable.
- No tiene ganas de jugar.
- Pierde el apetito.
- Puede parecer agitado y nervioso sin causa aparente.
- Puede olvidar comandos previamente aprendidos.
- Confunde instrucciones simples.
Cambios en el ciclo de vigilia-sueño
- Cambios en el ciclo de sueño.
- Por las noches están más inquietos y se despiertan.
- Vocalización nocturna.
Aseo
- Orina o defeca en casa.
- Se lame en exceso.
Diagnóstico del síndrome de disfunción cognitiva canina
El diagnóstico del síndrome de disfunción cognitiva canina suele ser clínico y se basa en los síntomas observados por los propietarios. Sin embargo, es esencial que un veterinario realice un examen completo para descartar otras enfermedades que puedan estar causando síntomas similares, como problemas neurológicos, infecciones, hipotiroidismo o enfermedades renales.
Para confirmar el diagnóstico, el veterinario puede utilizar herramientas como el Cuestionario de Disfunción Cognitiva Canina (CCDR, por sus siglas en inglés), que evalúa las diferentes áreas afectadas por la condición.
Tratamiento del síndrome de disfunción cognitiva
Los perros con el síndrome de disfunción cognitiva requieren una terapia a largo plazo para intentar paliar en la medida de lo posible los síntomas de la enfermedad. Si bien no tiene cura, el objetivo del tratamiento es el de mantener las funciones cognitivas del perro. Se debe abordar desde diferentes ámbitos: tratamiento farmacológico y nutricional, mantenimiento de las rutinas y enriquecimiento ambiental.
Tratamiento farmacológico
El veterinario decidirá cuál es la mejor opción. Por lo general los fármacos que se utilizan suelen reducir el estrés cerebral de modo que se reduce el embotamiento mental y mejora el comportamiento y la memoria.
Tratamiento nutricional
Se debe ofrecer al paciente una dieta rica en antioxidantes que reducen el deterioro cognitivo y mejoran los signos clínicos propios de la enfermedad, en especial la desorientación y la interacción social. También existen suplementos que pueden actuar del mismo modo.
Mantenimiento de las rutinas
Para retrasar el progreso de la enfermedad es importante mantener una rutina diaria de ejercicio, juego y estimulación mental. Hay que intentar darles de comer y sacarlos a pasear a la misma hora todos los días.
Se debe evitar en lo posible los cambios de mobiliario o redecorar la casa. Si es imprescindible hacer algún cambio que sea de manera gradual y siempre dejando tiempo al perro para que se acostumbre.
Es importante que el perro tenga fácil acceso a su zona de confort donde encuentre su cama para descansar y su juguete favorito.
Para retrasar el progreso de la enfermedad es importante mantener una rutina diaria de ejercicio, juego y estimulación mental.
Enriquecimiento ambiental
Los juegos interactivos o de inteligencia son necesarios en esta etapa ya que mantienen activa la mente de perro. Se deben ir cambiando de forma regular para evitar que el animal se aburra.
Los juegos que fomenten el aprendizaje y la memoria también pueden ser beneficiosos para retrasar la progresión del síndrome de disfunción cognitiva.
Conclusión
El síndrome de disfunción cognitiva canina es una condición seria y progresiva que afecta la calidad de vida de los perros mayores. Aunque no se puede prevenir ni curar, el diagnóstico temprano y una combinación adecuada de tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar el bienestar de los perros afectados.
Entender el síndrome de disfunción cognitiva permite a los propietarios cuidar mejor a sus mascotas en su vejez, proporcionándoles el apoyo necesario para una vida más saludable y feliz.